INTRODUCION


Existen algunas profesiones para las que es esencial el saber comunicarse con los demás, y una de ellas es la de maestro. El pedagogo es evidentemente un profesional de la comunicación. Muchos de los atributos de la maestría pedagógica se refieren a habilidades para la comunicación.


La comunicación será adecuada cuando hay un intercambio franco, abierto, desprejuiciado, sin temas prohibidos, donde expresen libremente los sentimientos, se permita desarrollar la confianza necesaria, el respeto mutuo, la aceptación de si mismo y la colaboración entre todos los miembros del grupo.


Las tendencias pedagógicas contemporáneas que han estado basadas en las corrientes psicológicas humanista e histórico-social han prestado gran atención a la comunicación pedagógica, algo que no ocurre con otras tendencias, que centran sus esfuerzos en las categorías didácticas y los protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje.

COMO SE DA LA INCOMUNICACION LINGUISTICA

Con la multiplicidad lingüística hay mejores y mayores opciones para la comunicación. Unos podrán entenderse en su propia lengua, en su lengua nativa o dominante, otros eligirán una segunda lengua optativa u obligatoria o una combinación de ambas. Esas son, precisamente, unas de las principales ventajas: las opciones comunicativas, la heterogeneidad y la diversidad, en medio de las estructuras comunes que pudieran existir, de las palabras cognadas y de las influencias subyacentes.


¿Desventajas? El aislamiento, justamente, la incomunicación, la imposibilidad de entenderse con otros hablantes de lenguas que no conocemos, que no dominamos o que parecen difíciles de asimilar, si no es con el estudio y la práctica constantes. ¿Cómo le hacemos, por ejemplo, para dialogar en mandarín, leer en alemán o escribir en portugués al mismo tiempo? De que es posible, lo es, pero, ciertamente, con estudio, con el interés y con la práctica de esas lenguas y de otras más, que de otra forma, serían inasibles, herméticas e incomprensibles para todos.

NATURALEZA Y ALCANCE DE LA INCOMUNICACION


la incomunicación va adquiriendo todos los síntomas de auténtico problema, no sólo a nivel
personal, sino que incluso ha llegado a adquirir ese carácter de actualidad e importancia, capaz de reunir a los hombres de ciencia en congresos nacionales e internacionales.


Como dice el profesor Octavi Fullat: ((Estamos saciados de comunicaciones y, sin embargo, se multiplican los malentendidos, las suspicacias, las luchas, las herejías, las incomprensiones, los rechazos, los aislamientos.



Nuestras comunicaciones son esquizofrénicas)).
¿La incomunicación, problema de nuestros días? Creo que no seríamos exactos si ent:endiéramos esta formulación literalmente, ya que nunca como hoy han desaparecido las distancias entre los hombres, merced a los medios de comunicación.


Asimismo, se está llevando a cabo una auténtica
aproximación, tanto por el espíritu democrático que intentamos vivir, como por la socialización educativa y empresarial, e incluso por las competiciones deportivas y folklóricas. En esta línea no podemos hablar de incomunicación, aunque ésta se quede reducida con demasiada frecuencia, a la materialidad de la misma.


Sin embargo a pesar de esta aproximación fisica entre los pueblos y los hombres, no es menos cierto también que vivinios una soledad espiritual como pocas veces se ha sentido en la historia. A pesar de aquella aproximación material que consignábamos, esta soledad espiritual es la que me preocupa en estos momentos; y la incomunicación humana, si se ha hecho problemática, es desde estas perspectivas.


Citando otra vez a Fullat, «no es comunicación
lo que nos hace falta, sino comunicación entre sujetos)). En estas condiciones, no debe pues sorprendernos que la incomunicación vaya adquiriendo en la actualidad carta de ciudadanía, entre los problemas humanos. C. Castilla del Pino llega a decir que ésta ha alcanzado ((carácter de segunda naturaleza)) en el hombre actual (La Incomunicación, Barcelona, 1972, p. 47). Sin ser tan extremista, reconozco que la incomunicación se va adueñando del hombre de nuestros días como


una pesadilla, que aunque es real y la sentimos
muy próxima a nosotros, resulta problemática
a la hora de definirla, ya que abarca desde la incomprensión e insatisfacción, hasta la soledad y el egoísmo, pasando por toda una gama de facetas como la desconfianza en los demás y la inseguridad en sí mismo, que no sólo afectan a la vida humana, sino que la condicionan sobremanera.


Echemos si no una mirada al entorno educativo
que es un fiel reflejo de nuestra sociedad.
No obstante, creo que si la incomunicación
ha llegado a ser un problema de tales dimensiones, no es porque sea algo exclusivo
de nuestros días, sino que, si se ha agudizado
hoy más que nunca, se debe, primero, a la limitada comunicación psíquica y espiritual
comparada con la excesiva comunicación física y material.


Esta ha eliminado, gracias a la técnica y al nivel de vida, las distancias materiales, pero la comunicación espiritual no se ha desarrollado al mismo ritmo. Segundo, si nos hemos sensibilizado hasta este extremo con la incomunicación, hasta hacerla casi connatural con el hombre de hoy, se debe también, en gran parte, aunque parezca una paradoja a la misma comunicación, que al convertirla en meta buscada por todos los medios, ello hace que aparezcan más acusados los aspectos de incomunicación en los cuales aún estamos inmersos

INCOMUNICACION FAMILIAR


¿Cuál podría ser la principal causa de la falta de comunicación familiar durante la adolescencia?

Principalmente, cabría destacar que a pesar de que las consecuencias de la incomunicación familiar sean de más graves durante la adolescencia (Ya lo dice el refrán: “Niños pequeños problemas pequeños , niños grandes problemas grandes”), no suele tratarse de un hecho aislado correspondiente a dicho período.


Si bien es verdad que la adolescencia es una etapa en la que las/los jóvenes tratan de individualizarse y profundizar en lo que les difiere, más que en lo que les une al espacio familiar (mientras paradójicamente, crean vínculos y relaciones de pertenencia ente sus amistades), esta actitud suele venir precedida por una falta de comunicación familiar o por el mal uso de la misma.


Etimológicamente, la palabra “comunicación” deriva del latín "commūnicāre" y podría traducirse como "poner en común, compartir algo". Mientras que “interrogar”, del mismo origen, hace referencia a “la búsqueda de la verdad por medio de preguntas”.


Muchas madres y padres, con su mejor intención preguntan a sus hijos casi a diario nada más entrar por la puerta: “¿Dónde has estado?”,“¿Con quién?”,”¿Qué habéis estado haciendo?”, “¿Por qué?”, etc.


Según las definiciones previas, estas situaciones encajan mejor en la definición de “interrogar” que en la de “comunicar”, que requeriría, al menos, cierto grado de bidireccionalidad en la relación. Es decir, que las dos personas aportasen según el grado de implicación, su información, ideas/opiniones y/o sus emociones.

Esta relación basada en la comunicación, más allá de desarrollar una base sólida que permita prevenir y solucionar problemas característicos de etapas futuras, facilita también el entendimiento mutuo de los miembros de la familia y evita atribuciones equivocadas. Debido a que, la información que nos llega de manera ambigua, sin concretar, la interpretamos según nuestros esquemas mentales, que no siempre coincide con la intención del emisor. Por ejemplo: ¿cuántas veces hemos deducido equivocadamente que alguien estaba enfadado con nosotras/os por su actitud al llegar a casa cuando la causa real del problema nos era totalmente ajena.

LA INCOMUNICACION EN LA PAREJA Y CONSECUENCIAS


Problemas de comunicación, insatisfacción sexual, falta de amor y dinero, así como necesidades insatisfechas son las principales causas de infidelidad en hombres y mujeres, afirmó Blanca Elena Mancilla, profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).


Al dictar la conferencia Causas de la infidelidad en la pareja, destacó que en este fenómeno convergen factores como la cultura, costumbres, educación, autoconcepto, autoestima, lo económico y la frustración de los cónyuges.


En un comunicado de la máxima casa de estudios refirió que en la FP se investigaron las causas de por qué un hombre o una mujer son infieles, con el propósito de definir los elementos o factores que se deben trabajar en psicoterapia, para prevenir una relación disfuncional que lleve a esta conducta.


Así se entrevistaron 300 sujetos heterosexuales en pareja con edad mínima de 25 años y máxima de 40. El estado civil abarcó casados, unión libre y noviazgo, este último con un mínimo de un año de duración.


Los entrevistados coincidieron en definir a la infidelidad como el hecho de haber tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio, o con otro u otra que no fuera su pareja.


Tanto hombres como mujeres informaron que si en el momento de cometer la infidelidad estaban enfadados con su pareja, pues entonces consideraban que no habían sido infieles.


Las mujeres reportaron como principal causa la falta de comunicación, y con ello se referían a que su pareja no compartía con ellas sus inquietudes, planes, problemas en el trabajo o gustos, por lo que relacionarse con otro hombre es una manera de rescatarse.


Sin embargo, esto no mejora su situación porque con el amante repiten el mismo patrón, se cita en el comunicado.


Asimismo, según la encuesta, las mujeres consideraron que otras causas de infidelidad son la insatisfacción sexual, la falta de amor, que los hombres sean exonerados de responsabilidades económicas, o necesidades insatisfechas como reconocimiento, reafirmación, ausencia de sentimientos de seguridad, machismo e incapacidad para relacionarse afectivamente.


En el hombre, apuntó, la primera causa son las características personales, después, problemas de comunicación, e insatisfacción.


lunes, 24 de mayo de 2010